Horizonte Preceramico
La historia prehispánica de México comienza con la llegada
de sus primeros pobladores. Sobre el poblamiento de América se han propuesto
numerosas hipótesis, pero la que cuenta con mayor aceptación y evidencia de
apoyo señala que los humanos entraron al continente a través de Beringia
durante la época de las glaciaciones. La época en que esto ocurrió es motivo de
debate entre la teoría del poblamiento temprano y la del poblamiento tardío. En
el caso de México, algunos autores han querido ver evidencia que apoya la
primera, como los hallazgos de El Cedral (San Luis Potosí), a los que se
atribuye una antigüedad de 33 mil años.
Con la llegada de los primeros habitantes comenzó la Etapa
Lítica —correspondiente con el período paleoamericano— durante el cual los
grupos humanos eran nómadas, sobrevivían de la recolección, la cacería y la
pesca y contaban con una tecnología lítica que fue mejorándose constantemente a
lo largo de milenios. De esta época data la invención del molcajete, el metate
y otros instrumentos asociados al aprovechamiento de las semillas; así como el
desarrollo de armas de sílex y obsidiana entre las que destacan las puntas
clovis, que supusieron un gran adelanto tecnológico por su eficacia.
La interacción de diversos factores ambientales, sociales y
culturales fue uno de los elementos que tomaron parte en la diversificación de
las sociedades indígenas que vivieron en lo que actualmente es México. Un hito
fundamental en este proceso fue el descubrimiento de la agricultura, que tuvo
lugar entre los años 8000 y 2000 a. C. La domesticación de diversos vegetales
—como la calabaza (Cucurbita sp.), el maíz (Zea mays), el frijol (Phaseolus
vulgaris) y el chile (Capsicum annuum), entre otros— supuso condiciones que
propiciaron la sedentarización humana en el sur del actual territorio de México
y América Central.
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